¿Alguna vez te has parado de crear algo que de veras quieres hacer – porque te comparas con otras personas- y te desanimas pensando que nunca vas a poder llegar al nivel en el que ellas ya están?
Entras a su sitio web y te enamoras de toda la información que tienen, las fotos, las entradas de blog, los recursos gratis, la perfección de los videos y su producción, etc., etc.
Y luego, te desanimas de crear tus propias cosas porque piensas que nunca vas a poder llegar al mismo nivel que ellas.
Si esto te pasa y te pone en alto en seguir trabajando en tus sueños, definitivamente tienes un problema y se llama: Parálisis De Perfección.
¡Para lo que estas haciendo, y vete a emergencias inmediatamente!
No te creas, no es tan grave y yo tengo la solución a tu problema.
¡Que te valga madre lo que hacen los demás!
Si, esa es la solución, así de simple.
Todos tenemos que empezar en algún lado.
Cuando yo recién empecé mi negocio tuve el mismo problema, me pego la parálisis de perfección y feo. En la noche me llegaban los sudores y la temblorina, me pesaba todo, me dio un tipo de ansiedad que me paralizo la creatividad y la imaginación, casi casi estoy segura que hasta me dio depresión.
Cuando tuve mi primera presentación, fue algo bien informal, unas cuantas compañeras de trabajo a las cuales invité a un “almuerzo” y que nunca sospecharon que era plan con maña.
En ese almuerzo solo dos de las cinco mujeres que me acompañaron me pusieron atención, y eso por que lo mas seguro es que les daba lastima. Esta pobre hable y hable y nadie le hacia caso, no tenían de otra.
Y quiero agregar que hasta lleve mi libro imprimido y toda la cosa. Un libro que yo misma diseñe con fotitos para que se mirara mas interesante.
Mi sueño era (y es) grande. Ayudar a un sinfín de mujeres por todas partes del mundo. Poder compartir todo lo que la vida me ha enseñado para que no tengan que pasar por los mismos problemas que yo. Compartir toda la información que he acumulado al paso de los años y ahorrarles unos cuantos pasos innecesarios, tiempo y dinero para que se desarrollen como emprendedoras y mejoren sus finanzas. Pero, empecé sin un cliente.
Nada mas de recordar esos días me dan escalofríos.
¿Pero que crees? Eso me dio el coraje de seguir echando patadas. No me podía pasar algo peor, de todos modos, ya había hecho lo mas desagradable que me podía pasar, y eso me dio ventaja por que aprendí a que no hacer, y como seguir mejorando mi material y mi manera de ayudar a las personas.
Me dio impulso y gasolina para seguir adelante.
Empezar en pequeño y como principiante es mejor que no empezar.
Que nunca se te olvide que tienes que empezar en algún lado. Todas esas personas que ya están en el lugar que tu quieres estar, empezaron igual que tú. Desde abajo. Lo mas probable es que también a ellas les dio parálisis de perfección, pero lograron salir del hoyo y no dejaron de echar patadas hasta lograr llegar a donde están. Lo hicieron ellas, lo hice yo, lo puedes hacer tú.
La parálisis de perfección es temporal. Es una simple gripa, que a veces se siente que te va a derrumbar pero que en con un buen jugo de naranja, un buen descanso – y tal ves un buen caldo de pollo – se te va.
Te lo repito: Empezar pequeño y como principiante es mejor que no empezar.
Así que, deja esa parálisis de perfección a un lado, y empieza el negocio, empieza el blog, empieza a invertir, empieza a vender tus productos, empieza tu sitio web, empieza tu cuenta en Instagram, empieza a crear, no importa que sea. Pero empieza.
Ahora te toca a ti.
¿Has logrado algo que en el pasado pensaste que era imposible? ¿Que fue esa idea o pensamiento que convertiste en realidad y es el mejor paso que has tomado en tu vida?
Recuerda de dar lujo de detalles por qué otras personas tan increíbles como tú, nos visitan cada semana para visión e inspiración. Tal vez tu historia inspire ese cambio que todos estamos buscando.
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