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Episodio 42
¿En dónde te gustaría estar en 10 años de este momento?
¿Alguna vez te has puesto a pensar en eso?
Esta ha sido una de las preguntas más aterradoras que alguien me ha hecho en mi vida. Me la hizo una maestra en mi primer día de escuela de negocios. Nos dijo “les doy 5 minutos para que piensen y escriban sus respuestas”
¿Cinco minutos? ¿Como puedo planear mis próximos 10 años en cinco minutos? No era la primera vez que alguien me había preguntado alguna versión de esta pregunta, pero esta fue la primera vez que me puso a pensar seriamente en donde quería estar en 10 años. Después de todo era mi primer día de clases para obtener mi maestría en negocios, entonces la respuesta tendría que ser, ¿dueña de un negocio? Pero ¿Qué negocio? Pasaron los 5 minutos y yo no tenía respuesta.
Si te has preguntado esto, sabes que para contestar esta pregunta tienes que contestar en grande, ¡pero no tan grande! Empieza tu imaginación a correr, te gustaría viajar por todo el mundo, tener una casa de cinco recamaras y cinco baños, un carro del año y aparte una camioneta para poder remolcar el bote los fines de semana a lago al lado de tu casa de verano, y tienes una persona que limpia tu casa y cocina delicioso y saludable para tu familia. Y empiezas a soñar y a la mitad del sueño empiezas a sentir mariposas en el estomago y tu cerebro te empieza a decir que estás totalmente loca, esos planes son demasiados grandes y no hay posibilidad alguna de que algún día los puedas logras, así que te empiezas a sentir como un fracaso total, y empiezas a sentir miedo por algo que no ha pasado y que, según tú mente, nunca va a pasar. ¿Te suena familiar?
Después del fracaso total en mi respuesta de mi primer día de clase, me salió una espinita y todos los días se me venía esa pregunta a mi mente ¿en dónde quiero estar en 10 años?
Y después de pensar y pensar, y hacer un montón de eventos y situaciones imaginarias en mi mente, me di cuenta de esto:
Iba a bordo del tren del éxito, pero el piloto era el miedo.
Esa pregunta me cambio la vida, porque no me gusto la respuesta o la falta de respuesta, y en un transcurso de una semana más o menos, mi vida se fue de vivir en autopiloto a formar un plan de acción.
Mis metas se transformaron. Empezaron a tomar vida, y en lugar de decirme “vamos a ver qué pasa” cambie mi forma de pensar a “hazte pa’ allá vida que hay te voy.”
¿Por qué nos limitamos a hacer planes grandes en la vida?
Por miedo. Pero esos miedos no son creados por nosotros, por lo menos no al principio. Cuando nacemos, no nacemos con miedo. Los miedos no los van heredando, nuestros padres, nuestros abuelos, la tía que le tiene miedo a todo, y después nuestros maestros, amigas y hasta el jefe. También salen de nuestras propias experiencias en la infancia o en cualquier etapa de la vida y pueden dejar una impresión duradera que después nos impide tomar acción o hacer cosas similares a las experiencias que nos causaron esa impresión.
¿Alguna vez te has preguntado como seria tu vida si no tuvieras miedo?
Si el miedo no existiera en tu vocabulario y pudieras hacer cualquier cosa en tu vida ¿crees que en este momento tu vida sería diferente?
Cada persona es única en cuanto a cómo desarrolla sus miedos y cómo los enfrenta. Pero el miedo no es solamente miedo y ya. El miedo se puede resumir en 7 tipos.
- Dolor
- Peligro
- Vergüenza
- Rechazo
- Soledad
- Control (o falta de él)
- Asco
Estos 7 miedos son los que te impiden a tomar acción o empezar a hacer cambios que generen resultados positivos en tu vida, y puede ser que uno o dos de estos miedos sean más fuertes en tu vida, y otros sean más fuertes en la vida de alguien más.
Lo más importante es esto: El miedo es universal y totalmente personal.
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Cada quien tiene su propia zona de confort – sabemos exactamente en donde empieza y en donde termina, y son únicas para cada persona, al igual que tu personalidad o tu cuerpo. Las cosas que me dan miedo a mí no son las mismas cosas que te dan miedo a ti. Algo que a ti se te hace muy fácil de hacer, para mi puede ser muy difícil. Por ejemplo, a mi se me da con facilidad organizar proyectos multimillonarios, organizar gente, organizar agendas, organizar presupuestos, pero, a mi esposo hasta le salen ronchas el solo pensar que tiene que lidiar con todo eso.
Nuestra zona de confort se va ampliando cuando empezamos a enfrentar nuestros miedos y se hace más chiquita cuando nos limitamos. Pero, hay un elemento que se filtra sobre todos estos miedos y eso es: lo desconocido.
La verdad es que la razón principal por que tenemos miedo a hacer algo que nunca hemos hecho antes es porque no sabemos lo que va a pasar. Esto se intercala con el Control, pero en un sentido más amplio une a todos los miedos.
El problema es que nuestra ignorancia es la que alimenta nuestros miedos.
La única manera de saber si nos gusta algo o no, es dándole la oportunidad a ese algo. Claro, no estoy diciendo que tenemos que absolutamente tratar y hacer todo, pero si hay algo limitante en tu vida en cualquier manera, algo que siempre soñaste hacer, y el miedo es la razón por lo cual no lo has hecho, tienes que hacer algo al respeto.
Para mí el miedo era una señal de que algo malo iba a pasar. Ahora entiendo que sentir miedo también puede ser una señal de crecimiento, progreso, y oportunidad.
Me di cuenta de que entre más digas sí a nuevas experiencias, más dejas que tus emociones se unan a esa experiencia. Antes dejaba que el miedo me detuviera, lo interpretaba como que, si mi intuición me estaba diciendo que tuviera cuidado, y dejaba que controlara básicamente toda mi vida. Si algo me daba miedo, no lo hacía o lo dejaba de hacer. Aplicar a un trabajo nuevo, decir si a una relación nueva después de mi divorcio de mi primer matrimonio, o mudarme a otra ciudad.
Mi mente estaba tan llena de miedo que no les dejaba espacio a otras emociones.
Pero, para cambiar nuestra perspectiva en el miedo y dejar que entren otras emociones, necesitamos aprender a abrazar a lo desconocido. Aun si eso quiere decir soltar las riendas del control.
Lo que nos da más miedo sobre lo desconocido es la idea de no estar en control, y es lo que al final del día te detiene para vivir una vida plena.
Cuantas veces escuchaste decir en estas últimas semanas “¡como paso tan rápido este año!” algo que yo también dije precisamente la noche de año nuevo, cuando la familia empezó a llegar para celebrar el final de año.
Cuando estaba chiquilla en la primaria, la vida se me hacía super larga. Pero desde que me gradué de la universidad, los años se me han ido volando. ¿Te identificas con eso?
De repente, tienes 11 años y estas empezando un año escolar en la primaria, y de repente te encuentras celebrando tu graduación universitaria. Y solo te quedan unas cuantas memorias y fotos y recuerdos de lo que paso en un abrir y cerrar de ojos.
Desde que me gradué de la primaria hasta que me gradué de la universidad tengo muy pocos recuerdos. Los que se me vienen seguido y claros a la mente como si hubieran pasado ayer, fue cuando se murió mi papa, cuando nos mudamos a los estados unidos, cuando empecé y termine la prepa, mis dos graduaciones del colegio y universidad, cuando me case por primera y segunda vez, los nacimientos de mis tres hijos, el primer día de trabajo en cada departamento que he trabajado, y cuando funde mi negocio. Una que otra memoria me sale de vez en cuando, sobre fiestas, conversaciones con amigas y situaciones incomodas de esas que quisiera nunca acordarme y que por alguna razón siguen saliendo en mi mente, pero todos estos momentos, aparte de la muerte de mi papa, son momentos felices en mi vida. Momentos que al recordarlos me generan una sonrisa de oreja a oreja y me hacer sentir bien.
El punto que quiero hacer aquí es que está en nosotros hacer que la vida se sienta más larga o que pase por enfrente como un tren a 200 millas sin darnos cuenta.
La única manera de hacer que la vida valla más despacio, de la mejor manera posible, es haciendo momentos de alegría que se van a quedar con nosotros siempre.
Todo se conecta en que tan intencional seas en tus actividades diarias y en como soltamos el control para poder inundarnos en las experiencias que van a hacer nuestro tiempo en la tierra memorables, satisfactorias y que valgan la pena.
Entre más vivamos nuestra vida en la caja de nuestra zona de confort, en modo autopiloto, más rápido va a pasar la vida. La única manera de hacer que valla más despacio es haciendo estos momentos de felicidad que se van a quedar con nostros para siempre.
¿Qué tal si pudieras cambiar tu rutina? O mejor, ¿qué tal si hicieras de tu rutina hacer algo diferente cada semana, o cada día? Por ejemplo, en lugar de cocinar las mismas recetas de siempre porque son las que te salen bien, tratas de experimentar algo nuevo. O qué tal si de después de recoger a tus niños de la escuela y regresar a la casa, los llevas a un parque y dejas que se metan en el lodo a sus anchas, o qué tal si en lugar de lavar los trastes, te pones a bailar en tu cuarto y te dejas caer con todo.
Me imagino lo que estás pensando ¿Quién tiene tiempo para eso? Y no, no es que sepa leer mentes, sino que estoy al tanto de todas las cosas y presiones que tenemos que hacer. Pero sin importar que tan ocupada estas, mi respuesta es esta: no es cuestión de tiempo, es cuestión de voluntad.
Todos tenemos las mismas horas en el día, pero hay personas que hacen mucho más que otras. Lo que te pido es que dejes de hacer escusas relacionadas con el tiempo y empieza a ser intencional en empezar a crear esas memorias que se van a quedar contigo por años y años.
La planificación es secundaria a tener la habilidad de envolverte en tus experiencias y en verdad disfrutarlas lo más que se pueden. Solo se vive una vez. Escucha bien lo que te voy a decir. La vida tiene una fecha de caducidad.
Y si yo sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero aquí te van 7 consejos que me han ayudado a mí a vivir en el momento, y espero que las uses y finalmente empieces a vivir una vida plena.
#1 – Sal De Tu Zona De Confort
Cuando planeamos nuestras experiencias basándolas en algo con lo que ya conocemos, hace que sean repetitivas y lo más probable es que 1) no vayan a ser memorables y 2) en medio de ellas tu mente se distraiga y no las termines.
Pero, si planeas cosas que nunca has hecho, puede que no sea tan cómodo, pero te puedo asegurar que 1) sí vas a tener una experiencia inolvidable y 2) tu mente va a estar tan interesada en el momento que no va a tener más remedio que poner atención.
Eso fue exactamente lo que me paso a mi cuando funde mi negocio. Un día estaba preparando papeles para hacerlo oficial, y al día siguiente estaba construyendo mi propio sitio web, creando mi libro, empezando un podcast y poniendo videos de mi en las redes sociales.
Todo lo que nunca me hubiera imaginado hacer, que no más de pensarlo me daban mariposas de angustia en el estómago, se lograron cuándo decidí salir de mi zona de confort y enfocarme en el momento, en la actividad del momento, en un día a la vez, y no en el pasado, o en lo que viene en el futuro.
#2 – Enfócate En El Camino y Olvídate De La Meta
A mí se me hace difícil celebrar mis propios logros. La verdad es que me encantan las listas, pero no solo hacer una lista y ponerle marca de completado, me gusta el proceso para llegar a esa marca de completado. Si te soy honesta, esa es la parte que menos me gusta. Porque quiere decir que la experiencia se terminó. No me gusta celebrar mis logros, pero si me gusta celebrar el proceso diario y los pasos pequeñitos que tomo cada día.
Por ejemplo, cada mayo en mi cumpleaños mi esposo me lleva de vacaciones, siempre tenemos metas para cada día, por ejemplo, ir a un museo, visitar alguna casa interesante, ir de compras, comer en restaurante delicioso o tomar el sol en la playa. A mi esposo solo le tengo que decir vamos aquí, y el encuentra la manera más rápida de llegar. En cuanto dice vámonos, esa es su meta llegar al destino predeterminado. Mientras que yo, no me fijo en el destino, me fijo en todas las cosas que están alrededor de la ruta de ese destino. Los árboles, los animales, las tiendas, las decoraciones únicas de la ciudad o lugar en donde estamos, le tomo foto a todo, de todos los ángulos posibles, que, si mira este pájaro azul, o mira aquel verde, o mira qué bonito se ve el sol entre estos dos árboles, y que tal la bicicleta de aquella señora que va al otro lado de la banqueta, los colores, los sabores, la gente. Y usualmente acabamos por hacer, descubrir y disfrutar más.
Tal vez por eso nos llevamos tan bien. Los opuestos se atraen. Y no estoy diciendo que mi forma de hacer las cosas sea la mejor – bueno si, eso es lo que estoy diciendo. Al final del día mi esposo siempre me agradece de ayudarle a ver que el destino predeterminado es solo una excusa para empezar a tomar camino.
Esta manera de pensar no solo ayuda cuando viajamos, también puedes aplicar esta manera de pensar en tu trabajo, o en tus estudios. ¿Qué tal si en lugar de solo enfocarte en terminar el trabajo, te enfocas también en la alegría que puedes encontrar en el proceso de hacer el trabajo?
¿Cuánta más alegría tendrías en tu vida?
Una manera para ayudarte a cambiar tu perspectiva y sentir más agradecimiento por las cosas que tienes que hacer es reformulando la tarea.
Cambia el “tengo que hacer” a “quiero hacer” o “estoy bendecida de poder hacer.”
Tengo que viajar por mi trabajo ➡️ Estoy bendecida de poder viajar por mi trabajo
Tengo que ayudarle a mi hija con su tarea ➡️ Quiero ayudarle a mi hija con su tarea
Cuando usas la gratitud te ayuda a apreciar lo que tienes y encontrar alegría en el acto de hacer, en lugar de sentirte mal por tener que hacer la acción, te da gusto hacerla.
#3 – Disfruta Este Tiempo Como Si Fuera La Última Vez
Después de todo lo que ha pasado en estos últimos años y de las cuatro veces que me ha pegado COVID, y dos de estas veces me hicieron cuestionar mi vida profundamente, empecé a realmente reflexionar en lo que estoy haciendo en esta etapa de mi vida y hacia donde quiero ir. Me di cuenta de que uno de mis mayores miedos es perder a mis hijos. Hace poco perdimos en la familia a un primo querido, joven y lleno de vida. Y ver el dolor de mis tíos me hizo cuestionar el tipo de relación que tengo con mis hijos.
Me di cuenta de que sí, tener metas y tomar acción para lograr esas metas es importante, pero aún más importante es vivir en el presente. Estar presente cuando mis hijos llegan a platicar conmigo, poner atención en las cosas que quieren lograr y darles consejos que les ayude a lograr sus sueños, disfrutar de su compañía mientras estén viviendo aquí conmigo, y hacerlos sentir queridos y apreciados en cada momento que esten conmigo.
Si supieras que hoy es tu último día en la tierra y que es la última vez que vas a experimentar la vida tal y cual eres, ¿cómo cambiarias tu forma de ser? Yo sé que esta pregunta es un poco mórbida y hasta super usada por todas las redes sociales, pero la verdad es que no sabemos cuándo va a ser nuestro último día o el último día que podamos pasar con nuestros seres queridos.
Entonces ¿Por qué esperar para disfrutar cada momento, si puedes empezar ahorita? Esta manera de pensar me ayuda a estar más presente y apreciar cada pequeño momento, sin tener que planear o controlar lo que sigue.
#4 – No Subestimes El Tiempo
El tiempo es la cosa más valiosa que tenemos, y la que subestimamos más. Digamos que un día, Dios no lo quiera, pierdes todo tu dinero. Si trabajas lo suficientemente duro, lo más probable es que lo recuperes. Puede que hasta hagas más dinero del que perdiste.
No hay manera de recuperar el tiempo.
Entonces, para poder estar 100% en el presente, soy muy cuidadosa con mi tiempo y nunca lo doy de a gratis.
Decir “¡Claro que sí!”, no es lo mismo que decir a lo mejor, tal vez, creo que si lo quiero hacer. Si te pasas tus días haciendo esas cosas que a lo mejor quieres hacer, tu vida va a desaparecer enfrente de tus ojos. Rétate a descubrir cuales cosas, personas, y actividades te hacen decir ¡Claro que sí!, y se lo suficientemente intencional para dedicarle la mayoría de tu tiempo a esas actividades.
#5 – Planea Disfrutar
Planear un evento es muy fácil para mí. Me ayuda a mantener el control de la situación. Se exactamente que va a pasar, quien lo va a hacer, cuanto va a durar, que sigue, que es lo que no quiero que pase, que hacer si es que llega a pasar, etc.
Planear algo para mi es fácil. Disfrutar ese algo es la parte más difícil.
Me tomo mucho tiempo aprender a enfocarme bien en la planeación de un evento ANTES de que pase, para que cuando llegue el evento poder formar parte de ese evento. Especialmente en las fiestas y reuniones familiares. En lugar de sobre controlar todo antes, durante, y después de cada evento o actividad, la siguiente vez que estes planeando alguna reunión, presentación en el trabajo, o el cumpleaños de tu niño, planea para disfrutar de la experiencia también.
#6 – Vive Primero, Documenta Después.
Si te encanta tomar fotos como a mí, ¡pon atención! Yo creo que se pueden hacer varias cosas a la vez, pero compartir el momento y vivir el momento son dos cosas muy diferentes. Cuando compartimos – y me refiero a las redes sociales – nos estamos enfocando en darle a alguien más la experiencia, alguien que no esta allí contigo. Entonces, malgastas ese tiempo ya limitado para vivir la experiencia enseñándole a otros lo que se están perdiendo. Pero la que se esta perdiendo todo eres tú. ¿Por qué hacerlo en vivo mientras estas allí si lo puedes compartir después?
Una vez fuimos a ver a el comediante mexicano Franco Escamilla y nos pidieron que guardáramos nuestros teléfonos y estaba prohibido tomar fotos o tomar videos durante el evento. De primero hasta me callo gordo, pero después del evento, me había reído tanto que hasta me dolían las quijadas de tanta riza. Mi esposo y yo nos divertimos mucho, y estuvimos presentes para cada chiste y cada canción que fue una de las experiencias más divertidas que he vivido. Así que le agradezco a Franco por avernos obligado a guardar nuestros teléfonos y realmente vivir el momento.
#7 – Haz Lo Que Amas Como Si Nadie Te Estuviera Viendo
¿Alguna vez has estado en una situación en la que tienes que pretender que eres alguien que no eres, solo por lo que dirá la gente de ti? Al final acabas super cansada porque estabas más enfocada en las reacciones de otras personas que en ti misma.
Una vez fui a un crucero con una amiga. Si nunca has tomado un crucero, usualmente hacen un montón de actividades para animarte a bailar, a cantar, o simplemente a disfrutar del momento. En uno de estos eventos nos retaron a bailar con alguien que no conocíamos, a mí me encanta bailar, no poquito, ¡mucho! Y a mi amiga no. Para ella era ridículo hacer el ridículo enfrente de otras personas. Y yo, por el miedo de hacerla incomoda a ella, no baile. Hasta este momento, ¡vieras como me arrepiento! Desde ese día, decidí que, si quiero bailar, voy a bailar, sin importar el ridículo que voy a hacer, o la pena que le pueda causar a otros.
Y desde entonces nunca le digo no a cualquier oportunidad de bailar, ya sea cumbia, quebraditas o hasta reguetón.
Cuando bailo, me siento liberada y feliz. Es cuándo sé que estoy viviendo en el momento, al ritmo de la música.
Lo que aprendí en ese día es que no puedo dejar de hacer lo que amo o quiero hacer solo porque me están viendo o porque me da pena, o porque a alguien más le da pena por mí.
Me di cuenta de que, para poder vivir una vida plena, tenemos que hacer las cosas que amamos como si nadie nos estuviera viendo. Cuando se nos olvida que alguien más está viéndonos y juzgándonos, hacemos lo que hacemos, por amor y pasión. No solo vas a hacer mucho mejor trabajo, sino que también vas a disfrutar el momento aún más.
Te reto a que hagas lo que amas como si nadie te estuviera viendo.
Conclusión
Estos siete consejos me han ayudado a mí a estar más presente. Pero lo más importante, a dejar de vivir una vida en autopiloto y vivir una vida plena. Espero que, desde hoy, desde este momento empieces a planear los próximos 10 años de tu vida, no solo para lograr ciertas metas y obtener ciertos logros. Sino para vivir con todo el sentido de la palabra.
Recuerda, el miedo, es solo miedo a lo desconocido, tal vez eso desconocido te lleve finalmente a lo que quieres lograr. Uno nunca sabe.
Deja tu comentario y comparte tus miedos y cómo piensas conquistarlos en este nuevo año, para que cada momento que vivas se convierta en una memoria maravillosa en tu mente, y haga que el tiempo se valla más despacio. Este es un espacio sin juicios, y todos sabemos que hay una diversidad de ideas y metodologías que pueden ayudarnos a todos a prosperar en nuestra plena humanidad.
¡Un millón de gracias por regalarme tu tiempo! Sigue aprendiendo, sigue creciendo, pero lo más importante sigue tomando acción por muy pequeñitos que sean los pasos que tomes. Hablamos pronto.
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